Un día frío te fuiste.
Soledad por compañera.
Sin mano que te cogiera.
Despedida sin adiós.
Suspiraste hondo y te fuiste.
Apenas unas semanas
llevó a la negra guadaña
rasgar tu respiración.
De un modo extraño te fuiste.
No entiendo de qué manera
tu luz se volvió ceguera.
Todo oscuro se tornó.
Sin un cortejo te fuiste.
Tú que siempre te esmerabas
en que ninguno faltara,
a ti todo te faltó.
Te fuiste y me dejaste
un alma sumida en pena,
cien noches en duermevela,
el sabor de la traición.
© Ana Yela, 2021.
Deja un comentario