Al niño, su Mamá le sabe a mermelada,
a maravilla, a admiración.
Le sabe a masajitos y besos milagrosos.
Le sabe a amor.
A la madre, el Mamá le sabe a música,
a miedo, a miradas maravilladas.
Le sabe a arrumacos y a mocos.
Le sabe a amor.
A la abuela, la Mamá le sabe a milagro.
A mimitos de los nietos.
A consejos de maestra.
Le sabe a amor.
Al Amor la Mamá le sabe a poesía.
A la paciencia de quien ama.
A la dulzura de la amada.
Al sabor de la eternidad.
© Ana Yela, 2020.
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